La piel no es en realidad una frontera, en pues no obtura el flujo entre el interior y el exterior, debemos expresarnos con respecto a la piel en términos de membrana, es decir, como elemento de conexión entre el afuera y el adentro. La piel es la cobertura de nuestro todo, nos protege y separa de los demás y, al mismo tiempo, es el soporte de nuestra belleza.